Ser líder por estos días, no es gratuito. Hay que repensar la forma como saber dirigir a los grupos. Vao Comunicaciones, te entrega algunas pistas para que esta tarea sea más fácil y viable.
Con la llegada de la pandemia del Covid, el mundo no sólo debió enfrentarse a una de las más alarmantes situaciones sanitarias que ha debido afrontar en su historia, sino que además tuvo que sufrir el gigantesco remezón que sacudió todos los estamentos de la sociedad como nunca antes habíamos visto. Es que el virus llegó para cambiarlo todo. En todos los aspectos. Y es precisamente en estos momentos, cuando se ve el talante con el que están forjados los llamados “líderes” que nos gobiernan.
Y en el universo de las organizaciones, los cambios productos de la pandemia, también llegaron para mover todo el tablero de ajedrez. Y es en este incierto escenario, cuando muchos líderes empresariales comienzan verdaderamente a demostrar sus talentos o debilidades. Y es aquí cuando muchos recuerdan al filósofo norteamericano Eric Hoffer, quién escribió “En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje heredarán la tierra, mientras que aquellos que creen saberlo todo, estarán muy bien equipados para hacerle frente a un mundo que ya no existe«.
Hoffer, magistralmente identificó dos tipos de personalidades de líderes que afloran en momentos de crisis, como sería la pandemia que vimos. Por un lado están el aprendiz y el sabelotodo. Los primeros son los humildes, los que se enfrentan al mundo con la mente abierta. Los segundos, miran el presente con los ojos cerrados, haciendo gala de su ego, creyendo tenerlo todo bajo control. Para estos últimos, su gran dolor en estos tiempos de crisis que vivimos, será darse cuenta que nada tienen controlado, que todo lo que pensaban sería su gran soporte, ya no existe. Por eso, hoy más que nunca es crucial replicar el modo aprendiz. El sabe que hay que hacer un plan en tiempos disonantes, pero que tiene que ser dúctil y adecuarse a lo que está pasando y si es necesario, modificarlo una y otra vez.
Por ello, si bien los planes en tiempos normales, pueden ser la solución, por estos días la planificación es la respuesta a todo. Un verdadero líder es el que está en permanente transformación, condición que no sólo es necesaria para prosperar, sino sobre todo para sobrevivir. Es por ello, que todo buen líder debe tocar los botones correctos de su grupo, inspirando el compromiso interno de sus colaboradores. Y debe hacerse de tal forma, que sea un trato honesto, sin mentiras ni falsas metas. El verdadero líder debe ganarse el respeto de los suyos, trasvasijando autoridad moral, transformando en tiempos de crisis el caos, en confianza. Sólo así se saldrá adelante.
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